Regresé a aquel paisaje para buscar tu sombra.
Deseamos la paz con demasiada fuerza y herimos al otro.
La helada soledad se eleva en el frío cielo y la flor se cae.
Me quedé parado en medio de una premonición que se desmoronaba.
La blanca luz era cálida, como una flor desapareciendo en la palma de mi mano.
En las noches en que la nieve canta, pienso en ti.
En esta helada habitación,
mis recuerdos, que han perdido el color, están deslumbrantemente
teñidos de soledad.
El pasado al que das forma crea tu presente.
Un día podrás decir que las heridas que no se pueden curar no son errores.
Ahora miramos diferentes cielos.
Sé que podemos cruzarlos.
Esos recuerdos que revivo mientras mi respiración se tiñe de blanco
te traen consigo.
Este momento es el reflejo del tiempo.
Para no sufrir por el tiempo que no volverá,
un tiovivo en el cual este mundo brillante da vueltas.
Temblando de soledad.
Aunque me marchite como una flor,
te recordaré, te sentiré, con el paso de las estaciones, dentro de mi pecho.
En las noches en que la nieve canta, pienso en ti.
En esta helada habitación,
aguardando con esperanza mi futuro ahogado.
Viviré solo.
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