Divididos permanecemos
bajo la luz de un sol helado.
Maldiciendo los dioses
en los que nos hemos convertido,
robamos el fuego de un corazón sagrado
y sangramos vino impuro.
Nos enamoramos de la canción
de la serpiente
sin temer a nada.
En la zona nocturna del Edén
renacemos muertos.
Por siempre estamos,
por siempre hemos estado,
por siempre estaremos
crucificados a un sueño
en la zona nocturna del Edén.
Transtornados,
arrancamos los pétalos del deseo.
Aprendemos de memoria
la matemática del mal,
engañándonos a nosotros mismos
para comenzar una guerra
en el reino de los sentidos
y descender al círculo número cuatro*,
donde no somos nada.
En la zona nocturna del Edén
renacemos muertos.
Por siempre estamos,
por siempre hemos estado,
por siempre estaremos
crucificados a un sueño
en la zona nocturna del Edén.
En la zona nocturna del Edén
renacemos muertos.
Por siempre estamos,
por siempre hemos estado,
por siempre estaremos
crucificados a un sueño
en la zona nocturna del Edén.
Por siempre estamos,
por siempre hemos estado,
por siempre estaremos
crucificados a un sueño.
*El cuarto círculo del infierno según Dante es adonde van los avariciosos y aquellos que durante sus vidas sólo se preocuparon de los bienes materiales. Como castigo, son condenados a cargar grandes pesos sobre sus espaldas. La canción es bastante sugerente a nivel sexual, sin embargo el círculo al que van los lujuriosos es el segundo.
**Para Rocío.
1 comentario:
Gracias por la traduccion y el comentario... GENIA!!!!!!
Publicar un comentario