En lo profundo de la parte equivocada de la ciudad,
hay un lugar donde podemos pasarlo bien.
Debes conocer a alguien para entrar, entrar.
Es un lugar donde los muertos cobran vida,
un lugar donde la fiesta no muere.
Podemos seguir así como si no hubiera fin, no hubiera fin.
Nos llenamos la copa como si fuera vino,
bebemos para sentirnos bien
y nos mancha los labios, tiñéndolos de rojo, de rojo.
Se asoman nuestros colmillos,
el sol se ha ocultado ya
y tú has entrado o pronto lo harás.
Sí, celebraremos toda la noche.
Sí, de la única forma que sabemos.
Sí, estaremos de fiesta hasta el amanecer.
Sí, adonde van los vampiros.
¡Tráete tu propia sangre! ¡Tráete tu propia sangre!
¡Tráete tu propia sangre! ¡Tráete tu propia sangre!
Ahora, nos envuelve el negro.
Quizá seamos insomnes;
nunca dormimos porque estamos muertos, muertos.
Sabes que no miento,
nunca nos hemos sentido más vivos.
Una noche y lo entenderás, lo entenderás.
Nunca desearás regresar
a tu vida anterior.
No tengas miedo de los temores que te acechan.
Por siempre existirás
mientras estés en la lista:
has entrado o pronto lo harás.
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