Regresaste al cielo en silencio.
¿Qué puedo hacer,
sino vengarte?
Te miré hasta que
se me secaron las lágrimas.
El dolor desbordante
dio lugar a cicatrices imborrables,
y yo juré no olvidarte jamás.
Batiré mis alas rotas
e intentaré borrarlo todo
hasta que la última campana deje de sonar
en el día del fin.
Me dijiste:
"Vive como si fueras a morir mañana,
siente como si fueras a renacer ahora,
sigue adelante como si fueras a vivir
para siempre".
Dibujé mis lágrimas rojas
con los dedos temblorosos.
No tenía nada que perder,
nada de verdad.
Los frágiles recuerdos
se hunden en la oscuridad.
Una última sonrisa llega a mis labios
y se esfuma,
dejando sólo calor.
Las palabras dulces
no pueden curarme.
Lo entregaré todo
en esta batalla eterna.
Algún día todos volveremos a este cielo,
así que no necesitamos palabras de despedida.
Batiré mis alas rotas
e intentaré borrarlo todo
hasta que la última campana deje de sonar
en el día del fin.
Las palabras dulces
no pueden curarme.
Lo entregaré todo
en esta batalla eterna.
Redención...
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