Nos peleamos y nos lastimamos,
hemos perdido la razón.
Nos perdonamos una y otra vez
porque hay un vínculo entre nosotros,
pero, ¿podemos amarnos?
El amor ya ha perdido su significado,
ni siquiera podemos soñar.
La lluvia lo invade todo,
ocultando incluso el sol.
Vamos, bailemos en este mundo
en el que vivimos.
La fealdad nos ensucia poco a poco
y, mientras nos ahogamos en ella,
ni siquiera podemos respirar.
Si lo que deseas es la eternidad,
ya puedes ir cerrando el telón:
vivir es conocer el dolor.
¿Puedes sentirlo?
Sabía que podía recorrer el arduo camino
yo solo.
Mi garganta rota
está cubierta de espinas.
Vamos, cantemos en este mundo distorsionado.
Nuestros dedos señalan al cielo
y, frente a ellos,
se esconden las semillas
de los ideales entrelazados.
Deseamos tener alas
para poder volar.
Golpeamos el suelo
con nuestras piernas llenas de heridas,
y en ese suelo grabamos
la prueba de nuestras vidas.
La hermosa flor se marchita
abrazada por su réquiem.
Este mundo se ha olvidado de mí
y no encuentro la salida.
Cuanto más lejos, mayor es el dolor.
Encontrar algo es no sentir nada.
Borremos el sistema,
borremos el miedo.
Borremos el control, que les jodan,
borremos el sistema,
borremos el miedo,
he perdido mi camino.
Cada vez que el sueño se desmorona,
las personas pierden de vista su corazón.
Todos se derrumban sin darse cuenta
de que es así como se supera el dolor.
La lluvia lo invade todo,
ocultando incluso el sol.
Vamos, bailemos en este mundo
en el que vivimos.
La fealdad nos ensucia poco a poco
y, mientras nos ahogamos en ella,
ni siquiera podemos respirar.
Por dentro... por dentro...
¡somos monstruos vestidos de humanos!
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