Las palabras con que aquel día
te alejaste de mí
no se han convertido en una mentira,
pero han empezado a cambiar
poco a poco con el paso del tiempo.
No quiero admitirlo, no quieres admitirlo,
pero no debería mentir así
sobre mis propios sentimientos.
En el instante en que empezaste
a decir tus palabras de despedida,
el tiempo que habíamos compartido
se volvió una mentira.
Tu expresión congelada
todavía me hace daño.
Dije con la mirada
aquello que mi voz era incapaz de expresar:
"No hay nada que hacer".
Tú, que siempre habías estado a mi lado,
te alejaste.
Solo en mi habitación,
no dejo de gritar: "Ni siquiera puedo alcanzarte".
Las palabras con que aquel día
te alejaste de mí
no se han convertido en una mentira,
pero han empezado a cambiar
poco a poco con el paso del tiempo.
En el instante en que empezaste
a decir tus palabras de despedida,
el tiempo que habíamos compartido
se volvió una mentira.
Cuando no puedo dormir y pienso en ti,
veo con claridad esa imagen
y no soy capaz de destruirla
o hacerla desaparecer.
Tu expresión congelada
todavía me hace daño.
Dije con la mirada
aquello que mi voz era incapaz de expresar:
"No hay nada que hacer".
Tú, que siempre habías estado a mi lado,
te alejaste.
Solo en mi habitación,
no dejo de gritar: "Ni siquiera puedo alcanzarte".
Si me quedaran fuerzas,
ocultaría mis sentimientos.
No puedo olvidar a alguien
tan importante para mí.
"Ni siquiera después de tanto tiempo".
Por favor, por última vez, escúchame.
Desde el día que nos conocimos
hasta la noche en que nos separamos:
"Ésa es la verdad".
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