Las velas se han apagado,
los vasos están vacíos.
No queda nada más que silencio.
No tienes adónde ir,
pero tampoco estás realmente aquí.
¿Por qué, entonces, intento dar
lo que nunca recibo.
Di las palabras
que necesito oír.
Perdona lo que yo no puedo perdonar.
Estoy cansada.
Sé que me escuchas:
no hay nada más que frío
entre nosotros.
He sangrado hasta secarme,
mis venas están vacías.
No hay nada más que frío
dentro de mí.
Algún día despertarás
y te encontrarás solo
con tu equipaje.
Qué trágico
que nada sea nunca
lo suficientemente bueno.
Todos somos culpables,
no hay inocentes esta noche.
Nos herimos mutuamente
sólo para sentir algo.
Cuánto he intentado dar
cuando nunca recibo;
hablar, cuando soy la única
que llora.
Nunca lo hagas...
Es tan frío cuando estamos juntos.
No hay nada más que frío
entre nosotros.
Cálmate, sabemos que se ha acabado.
No hay nada más que frío
dentro de mí.
Algún día despertarás
y te encontrarás solo y destrozado,
aún congelado,
pues nada es nunca
lo suficientemente bueno.
¿No compartí contigo
mis más oscuros sueños?
¿No te lo di todo?
Ten el valor
de mirarme a los ojos.
Estoy sin aliento;
no queda nada más
y estoy sin aliento.
Qué frío, sólo hay frío entre nosotros.
Qué frío, nunca nos abandonará.
Qué cruel, sólo hay frío entre nosotros.
Qué cruel, ¿me dejarás entrar alguna vez?
Estoy cansada.
Sé que me escuchas:
no hay nada más que frío
entre nosotros.
He sangrado hasta secarme,
mis venas están vacías.
No hay nada más que frío
dentro de mí.
Algún día despertarás
y te encontrarás solo
con tu equipaje.
Ese daño,
la clase de vacío que mata.
Me pones mala.
*Esta canción la compuso Eicca Toppinen de Apocalyptica para la película del mismo título.
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