Si decidiera construir una casa,
seguramente sería pequeña,
con grandes ventanas y una puerta diminuta.
En el cuarto habría una vieja chimenea,
rosas rojas y pensamientos blancos*.
Junto al perro estarías tú, tú.
Quiero que estés conmigo.
Ése era mi sueño.
Cariño, ¿dónde estás ahora?
Tumbados sobre la alfombra azul,
viviríamos juntos, reiríamos y disfrutaríamos.
Fuera de la casa, un niño jugaría
y junto a ese niño estarías tú, tú.
Quiero que estés conmigo.
Ése era nuestro deseo.
Cariño, ¿dónde estás ahora?
Estoy tejiendo algo
y a mi lado... a mi lado...
estás tú, tú.
Quiero que estés conmigo.
Estoy tejiendo algo
y a mi lado... a mi lado...
estás tú, tú.
Quiero que estés conmigo.
*El pensamiento es una flor.
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