29 dic 2016

Johanna Kurkela - Maailman valtiaat


Cerremos los ojos
e imaginemos que flotamos,
que las píceas se inclinan*
cuando nos elevamos por el cielo nocturno
sobre las nubes,
más allá de las montañas nevadas,
a gran altitud,
hacia el espacio, donde abrimos los ojos.

Observamos en silencio desde lejos
cómo se mueve el viento, los remolinos del mar.
Observamos en silencio desde lejos
ese hermoso y extraño planeta azul.

Qué pequeños somos,
qué pequeños somos
los dirigentes del mundo.
Qué pequeños somos.

Continuamos nuestro viaje
a años luz, a través del vacío.
El Sol queda atrás,
ya no es más que un brillo ligero;
vamos a la siguiente estrella.
¿Quién lo creerá cuando lleguemos,
que en algún lugar se halla esa Tierra
donde nos llenábamos los pulmones de aire?

Observamos en silencio desde lejos.
¿Recuerdas en qué dirección está nuestro hogar,
ese suelo fragante y fértil;
ese hermoso y extraño planeta azul?

Qué pequeños somos,
qué pequeños somos
los dirigentes del mundo.
Qué pequeños somos.

Corremos por entre los tapices de las galaxias
subidos a una roca que gira.
Miramos al cielo, preguntándonos si existe
un lugar para empezar de cero.
El mar vibra con la canción de las ballenas,
su agua nos inunda las venas.
Si pudiéramos observarnos desde lejos,
¿veríamos lo sola que está la Tierra?

Qué pequeños somos,
qué pequeños somos
los dirigentes del mundo.
Qué pequeños somos.


*La pícea es un árbol abundante en Finlandia (y en muchos otros sitios) y que es icónico por ser el más típico de Navidad.

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