El Cielo hoy no es sino una senda
hacia el lugar al que una vez llamé hogar;
el corazón de un niño, un último suspiro
mientras otro amor se enfría.
Una vez mi corazón latió
al ritmo de la nieve al caer.
Oscurecido por dentro, el río fluye ahora,
corriente de la virgen nieve derretida.
Por el corazón que nunca tendré,
por el niño que se ha ido para siempre.
La música fluye porque añora
el corazón que una vez tuve.
Viviendo hoy sin camino
para entender el peso del mundo.
Marchito y roto, viejo y desesperado,
mi débil y esperanzado corazón.
Por el niño, por la luz,
por el corazón que una vez tuve,
creeré y adivinaré
todo lo que podría llegar a ser.
Por el corazón que nunca tendré,
por el niño que se ha ido para siempre.
La música fluye porque añora
el corazón que una vez tuve.
El tiempo no curará
las cicatrices de un Chico Muerto.
El tiempo matará.
Por el corazón que nunca tendré,
por el niño que se ha ido para siempre.
La música fluye porque añora
el corazón que una vez tuve.
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