Envueltos en luz
vislumbré mis recuerdos de juventud.
Podrido como estoy,
no consigo alcanzarlos.
En medio de la oscuridad
grité tu nombre una y otra vez.
En el tiempo interminable,
no hay nadie más que tú.
Me encierro en mí mismo,
incapaz de expiar mis culpas.
No puedo hacer otra cosa que rezar...
mi tristeza no tiene cura.
Le arranqué un pétalo a la hortensia
y lo dejé caer sobre un charco
mientras me acordaba de ti.
Por la noche, cuando dejó de llover,
escuché el lejano silbido de un barco.
Por alguna razón, eso me entristeció.
Si no recibo el perdón,
dejaré que todo desaparezca.
La tristeza y el dolor se los regalo
al mundo que nada necesita.
Me encierro en mí mismo,
incapaz de expiar mis culpas.
No puedo hacer otra cosa que rezar...
mi tristeza no tiene cura.
El cielo lloroso
también me trajo tu voz.
Me reí en medio de las lágrimas infinitas,
pero no pude encontrarte...
Envueltos en luz
vislumbré mis recuerdos de juventud.
Aunque esta sonrisa silenciosa
dibuje felicidad,
no puedo regresar a aquella época
en que los dos reíamos.
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