En las inmediaciones del parque
fue donde nos vimos por primera vez.
¿Te acuerdas?
Bajo el radiante sol de la mañana
caminabas hacia el otro extremo
de ese paisaje conocido.
Mientras el tiempo pasaba,
yo contenía la respiración...
Ahora elevo la voz
¡y qué inútil es resistirse!
Sé que no es posible,
pero desearía que te quedaras (no llores)
sólo un poco más (no llores)
a mi lado, de verdad.
La pintura se ha derramado
y ha teñido el camino de un nuevo color...
como por arte de magia.
Como odio deprimirme,
decidí actuar como si no hubiera ningún problema.
Pero, ¿acaso no se notaba que no estaba bien?
¡Mira! (No llores)
Un nuevo mundo te espera (no llores).
No bajes la cabeza:
tu sonrisa encantadora (no llores)
es un tesoro más grande
que el de cualquier otra persona (no llores).
No lo olvides, ¿vale?
Agité suavemente la mano,
despidiéndome de tu espalda;
adiós.
¿No te da miedo la ansiedad de separarnos?
Pero estoy seguro de que a todos
les encandilará tu magia.
Caminabas entre las flores (no llores)
en la esplendorosa estación (no llores).
Desearía que te quedaras (no llores)
sólo un poco más (no llores)
a mi lado, de verdad.
Agité suavemente la mano,
despidiéndome de tu espalda;
adiós.
Así, sin dar media vuelta,
en voz baja;
adiós.
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