Siempre enfadada contigo:
ésa era yo.
No he hecho nada por ti,
lo siento.
Nunca escuchaba
lo que tenías que decirme
y siempre te hacía llorar.
Ésa era yo.
Siento que hayas conocido
a alguien como yo,
que no hayas recibido amor
y que sólo te haya dejado sufrimiento.
Lo siento,
lo siento.
Finalmente, ahora sé
que no puedo vivir sin ti.
Ya no puedo oír
los reproches por no haber comido.
Tu carta y tu foto siguen en mi cajón,
aunque eso ya no signifique nada,
aunque ya no estés a mi lado.
Pero no puedo olvidarte,
aunque supongo que ahora
estarás abrazando y amando a otra persona.
¿Qué puedo hacer?
¿Qué puedo hacer?
Finalmente, ahora sé
que no puedo vivir sin ti.
Supongo que me habrás olvidado,
supongo que serás feliz amando a otra persona.
¿Qué puedo hacer?
¿Qué puedo hacer?
Finalmente, ahora sé
que no puedo vivir sin ti.
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