Todo cuanto deseaba
era ver brotar tu sonrisa,
espejo del sol
y de la luna que se eleva antes del anochecer.
Todo cuanto deseaba...
Todo cuanto deseaba...
Atravieso la línea
de las escaleras detrás de ti.
Escúchame respirar despacio.
Atravieso la línea
en lo alto de las escaleras
detrás de ti.
Escucha mi voz que se apaga.
Todo cuanto deseaba
era despertarte de nuestro sueño,
la esperanza del Cielo
abandonando poco a poco este campo.
Todo cuanto deseaba...
Todo cuanto deseaba...
Atravieso la línea
de las escaleras detrás de ti.
Escúchame respirar despacio
y atravesaremos la línea
en lo alto de las escaleras
detrás de ti.
Escucha mi voz que titubea.
Cuando haya pasado esta mañana,
cuando haya terminado esta mañana.
Todo cuanto deseaba
era cruzar el Rubicón*,
echar abajo las verjas con suavidad,
atravesar las olas de nuestras vidas.
Todo cuanto deseaba era irme.
Todo cuanto deseaba era irme.
Navigatio,
navigatio,
navigatio,
navigatio**.
*El Rubicón es un río del Norte de Italia. Fue cruzando este río como Julio César provocó la guerra con la República, al grito de "alea iacta est".
**Navegación en latín.
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