
"¡Volvemos a encontrarnos!"
y te ofrezco mi mano,
hablando en lento inglés.
Y me miras y comprendo;
sí, es una mirada que conocía.
"Tres largos años... y tu hombre favorito...
¿hay alguna forma de decirle hola?".
Y me abrazas...
como si nunca más me fueses a soltar.
"Oh, vente a tomar algo conmigo.
Sentémonos y hablemos un rato...".
"Oh, ojalá pudiera... ¡y lo haré!,
pero ahora no tengo tiempo...".
Y, por encima del hombro,
mientras me alejo,
te veo mirarme diciendo adiós...
aún veo esa mirada en tus ojos...
Así que, Señor Ocupado,
tan mareado,
tienes demasiada prisa
como para hablar con Billy.
Todas esas estúpidas y hermosas cosas
tienen que ir antes.
En un minuto,
dentro de poco,
quizá la próxima vez,
que sea en junio.
El "hasta luego"
no siempre llega.
Es tan duro pensar:
"Tiene que terminar algún día,
y podría ser hoy.
Debería volver a oírte cantar
y debería volver a verte bailar",
porque es duro pensar:
"Nunca volveré a tener otra oportunidad
de abrazarte... de abrazarte...".
Así que, Señor Ocupado,
tan frío,
tienes demasiada prisa
como para hablar con Billy.
Todas esas emocionantes y efervescentes cosas
tienen que ir antes.
En un segundo,
espera un momento,
en otra ocasión,
dentro de poco.
El "hasta luego"...
Debería haber dejado de pensar,
debería haber hecho tiempo.
Podría haberme tomado algo,
podría haber charlado un poco.
Lo habría hecho bien,
eso nos habría reunido.
Ahora es demasiado tarde.
Se ha acabado... acabado...
Y tú te has ido...
Te extraño, te extraño, te extraño.
Te extraño, te extraño, te extraño tanto.
Pero, ¿cuántas veces puedo huir
y decir: "Si tan sólo..."?.
Pero, ¿cuántas veces puedo hablar así
y decir: "Si tan sólo..."?.
Sigo cometiendo el mismo error,
sigue doliéndome el corazón.
Digo: "Si tan sólo...".
Pero el "Si tan sólo..."
es un deseo que llega demasiado tarde...
*Para curefan. Espero que te guste.