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17 dic 2020

The Jane Austen Argument - When the end of the world came

 

Cuando llegó el fin del mundo,

pasó como un comentario incómodo.

Sin luz para los creyentes,

sin ningún científico restante en la oscuridad.

Y nadie tenía razón

y nadie se equivocaba,

no nos habíamos quedado solos

pero no encajábamos.

Cuando llegó el fin del mundo,

pasó como un comentario incómodo.


Cuando llegó el fin del mundo,

pensamos que eran tan sólo los lloros de los lobos.

No hubo tiempo para perdonar,

no hubo tiempo para culpar absurdamente.

Y el sonido era suave

y el clima era cálido,

el cielo había olvidado

formar una tormenta.

Cuando llegó el fin del mundo,

pensamos que eran tan sólo los lloros de los lobos.


Sabíamos que éramos los afortunados,

siempre habíamos estado en lo cierto

y siempre habíamos sabido que, si existe un infierno,

es una canción celestial cantada por aquellos

que siempre hemos considerado equivocados.


Cuando llegó el fin del mundo,

todos juraron que lo habían visto venir.

Independientemente de su credo o fe,

sabían que lo habían visto venir:

habían visto el patrón

en las escrituras o en Saturno,

en probetas o en latín,

en la antimateria de Dan Brown.

Llegó el fin del mundo

y todos juraron que ya lo sabían.


Cuando llegó el fin del mundo,

¡todos nos quedamos bastante aliviados!

Miramos nuestras fotos

y comprendimos lo que habíamos conseguido.

Ya no había por qué lamentarse

y pudimos olvidar nuestras necesidades,

todas nuestras pertenencias 

se congelaron o las dejamos ir.

Cuando llegó el fin del mundo,

todos parecíamos bastante aliviados.


Sabíamos que éramos los afortunados,

siempre habíamos estado en lo cierto

y siempre habíamos sabido que, si existe un infierno,

es una canción celestial cantada por aquellos

que siempre hemos considerado equivocados.


Cuando llegó el fin del mundo,

me senté y me bebí mi earl grey.

Nadie tenía género ni se ponía violento,

nadie era hetero ni gay.

Nadie sufría

por la guerra o la religión.

Nos convertimos todos en polvo

y el polvo comenzaba a compactarse

para volver a empezar la historia...

10 nov 2013

The Jane Austen Argument - Bad wine and lemon cake

Tengo una casita
cerca de una aldea, pero no de la ciudad,
lejos de mi hogar, pero cerca de mi familia,
sin vistas a él, pero muy cerca del mar.
Así es como podría ser mi vida...

Y la lleno de cosas
como muebles que me encuentro en la calle
y todos esos platos especiales que quisiera comer,
fotos de gente a la que me gustaría conocer
y a la que conoceré cuando dé la vuelta al mundo...

Y es tan bonito...
Y tan solitario...

Mis encantadores escarceos amorosos
están organizados según la programación televisiva,
y mi vida sexual ha sido plagiada
en un intento por entregar a tiempo un capítulo al editor.

Me gustaría alquilar una esposa
y después alquilar un marido que la cuide toda la vida.
Los tres juntos seríamos muy felices
(ellos consigo mismos, yo con compañía),
iría a despedirlos cuando se fueran de viaje...

Y es tan bonito...
Y tan solitario...

Y en mi funeral dirán:
"Tom, qué buen tío,
se ha ido demasiado pronto, 
pero ha vivido bien".
Sonarán mis canciones y todos llorarán. 

Se tomarán un momento,
beberán vino malo y comerán tarta de limón,
y el pobre corazón de mi madre se romperá
y dirá:
"Un momento, tiene que haber un error,
no puede estar muerto,
¡llévame a mí en su lugar!" 

Oh, pero no estoy muerto,
dicen que no estoy muerto,
dicen que no estoy muerto
y que aún tardaré en morir... 

Estoy en mi casita
escribiendo canciones para pasar las horas,
y, por cierto, son las nueve,
así que no os preocupéis, estoy perfectamente,
estoy bien,
estoy jodidamente bien.

The Jane Austen Argument - Maintain the madness

Fui a Nueva York y pagué mucho dinero
por quedarme en silencio y no tocar para nadie.
Me hice una cuenta en un bar y bebí hasta volverme imbécil,
flirteé con desconocidos sólo para sentirme atractivo,
me subí a un tejado y observé los rascacielos.
La nube se acercaba y, mientras yo empezaba a decir
"adiós" a mi abuelo, que se estaba muriendo en casa, 
comenzó a llover y me quedé allí llorando... 

Porque he de mantener la locura
para que la calma tenga sentido para mí.
Tengo que coger velocidad
para que nadie pueda detenerme,
nadie pueda arrastrarme a casa.

Fui a San Francisco con mi mejor amigo
para cantar en un bar lleno de gays que me deseaban.
Aunque no me conocían, les pareció que cantaba bonito,
así que le hice el amor al micrófono 
para que no se sintieran tan vacíos por dentro
en esta noche invernal,
en esta ciudad de locos y solitarios y drogadictos
y amantes olvidados debido a ciertas desventuras con el dinero.
Aun así, volví a casa solo. 

Porque he de mantener la locura
para que la calma tenga sentido para mí.
Tengo que coger velocidad
para que nadie pueda detenerme,
nadie pueda arrastrarme a casa. 

Pero ahora estoy aquí, en Boston, 
enamorado de Downtown Crossing.*

En esta habitación en la que se escribieron
algunas de mis canciones favoritas
es donde escribo ésta
para cantar y recordar
esos días de diciembre
en que tiré la toalla.
No voy a fingir quedarme quieto...

La semana que viene iré a Islandia
y después a Londres,
y de allí a los brazos de mi desconocido favorito,
y así sucesivamente,
pues no puedo, no lo haré, no puedo, no lo haré, no puedo,
nunca me detendré... 

Porque he de mantener la locura
para que la calma tenga sentido para mí.
Tengo que coger velocidad
para que nadie pueda detenerme,
nadie pueda arrastrarme a casa.


*Una zona comercial de Boston.

4 sept 2013

The Jane Austen Argument - Staying Single

Todas las personas con las que ligo
resulta que ya tienen a otro,
o bien quieren estar conmigo por toda la eternidad.
Todas las personas con las que me acuesto
tienen una falta de compromiso innata,
o bien necesitan con urgencia
un sitio donde vivir. 

¿Y qué gracia tiene eso?
No, gracias,
creo que me quedo soltero... 

Las hormigas marchan de dos en dos
deslizándose en la oscuridad de la noche,
y eso me empuja a quedarme en casa y ver la televisión.
Y a las cinco las escucho gritar
palabras vacías de significado:
podría ser un orgasmo o pura agonía. 

¿Y qué gracia tiene eso?
Creo que me quedo soltero...  

Y, por las noches, no hay nada mejor
que estar en casa y beber vino,
e ignorar todas las señales de mi propio enclaustramiento.
Pero, si alguien me amara,
quizá ese amor sería más fuerte que yo
y nunca me bastaría todo su deseo y necesidad.
Él jugaría y yo perdería,
y lo fastidiaría y lo estropearía todo
y entonces me pondría de mala leche.
No, ni hablar,
creo que me quedo soltero...

¡Que te jodan!
Oh, espera, no, mejor no,
porque me quedo soltero.
Quédate contigo mismo,
que yo me quedo soltero.
No me interesa que tengas una relación abierta:
eso sigue significando que estás pillado, imbécil.
Me quedo soltero.
Me dejaste por un enano nazi,
así que me quedo soltero.
Te llevaste todo mi dinero
y huiste a Camberra,
¿y qué puñetero sentido tiene que Camberra sea una ciudad? 
Me quedo soltero. 

(Contribuciones del público)* 

Te llamabas Craig... 

... 

... 

Así que me quedo
en una nueva relación cama adentro...


*Lo que más me gusta de esta canción es que, cuando la interpretan ante un público, piden a la gente que escriba las razones o experiencias que les han llevado a querer estar solteros; las introducen en la música y las cantan, arrancando carcajadas.

21 ene 2013

The Jane Austen Argument - Song for a siren


Había un barco
cuyas velas se movían como 
dos corazones latiendo,
y cuyo ritmo emulaba
el de dos pulsos acompasados... 
... en una brújula silenciosa
y la melodía de una canción. 

Y a veces lo guiaba el viento,
y a veces lo guiaban las estrellas;
a veces lo guiaba el mapa del capitán,
pero siempre la guiaba a ella 
de vuelta a sus brazos.

Hubo un barco
que se hundió en la tormenta.
El ancla se perdió
y el whisky silbó
una tonadilla de vergüenza y pecado.

Y a veces lo guiaba el viento,
y a veces lo guiaban las estrellas;
a veces lo guiaba el mapa del capitán,
pero siempre la guiaba a ella 
de vuelta a sus brazos.

Hubo un barco
que pasó demasiado tiempo atracado
y cuya tripulación ya no existía;
otro marinero los reclutó
para ir en busca de un tesoro, 
¡oh!, prohibido.

Y a veces lo guiaba el viento,
y a veces lo guiaban las estrellas;
a veces lo guiaba el mapa del capitán,
pero siempre la guiaba a ella 
de vuelta a sus brazos.

Pero las aves cantaban sobre las velas.
Sí, las aves cantaban sobre las velas.
Y las aves cantaban sobre las velas,
y el viento clamaba una rebelión.

Había un barco
que navegaba en aguas verdes
guiado por una luz dorada.
Y, a lo lejos, los tritones cantaban
a los marineros que iban y venían. 

Y a veces lo guiaba el viento,
y a veces lo guiaban las estrellas;
a veces lo guiaba el mapa del capitán,
pero nunca me guiaba
de vuelta a tus brazos.