Puedo sentir cómo tu cuchillo se clava en mi piel
y llega hasta mi corazón, pero no sangro.
Dices cosas para hacerme sentir pequeña.
Bueno, cuanto más grande eres más pesada es la caída.
Usas las palabras como arma, cariño,
pero tus hojas no me hieren cuando no tengo miedo.
Crees que me tienes en tus manos,
intentas que siga sufriendo.
Si tú usas las palabras como armas,
yo, como arma, no lloraré ni una lágrima.
Tienes mi corazón, pero lo cierro con llave:
esta llama ya ha ardido suficiente.
Me has roto las ventanas, pero puedo poner otras;
tu brazo, sin embargo, se cansará de tirarme piedras.
Usas las palabras como arma, cariño,
pero tus hojas no me hieren cuando no tengo miedo.
Crees que me tienes en tus manos,
intentas que siga sufriendo.
Si tú usas las palabras como armas,
yo, como arma, no lloraré ni una lágrima.
Puedo sentir cómo tu cuchillo se clava en mi piel.
Si tú usas las palabras como armas,
yo, como arma, no lloraré ni una lágrima.
Crees que me tienes en tus manos,
intentas que siga sufriendo.
Si tú usas las palabras como armas,
yo, como arma, no lloraré ni una lágrima.
No lloraré ni una lágrima.
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