Ah, dame chocolate.
El mundo exterior baila de forma salvaje
frente a la puerta del terror.
Extiendo mi mano temblorosa
y escucho los ecos de esas voces.
Me aferré desesperadamente con mi cuerpo
para que nada me arrastrara.
Una grieta rompe el horizonte,
el sol se ahoga y se eleva.
Deséame, merezco respeto.
Escúpelo; quiero que tú
también te disuelvas.
Ah, dame chocolate.
Ah, dame chocolate.
Una gacela que corre,
una mariposa que revolotea,
el sonido de una explosión
junto a mis oídos.
Todo se manifiesta,
demasiado se manifiesta
y después no queda nada.
¿Puedes ver algo?
Ah, dame chocolate.
Ah, dame chocolate.
Echando vistazos por la ventana,
ella se muestra encantada.
Desaparezcamos en un pestañeo,
bailemos en éxtasis.
Derrama el aceite por mí, merezco desprecio.
Escúpelo; quiero que tú
también te disuelvas.
Ah, dame chocolate.
Ah, dame chocolate.
Ah, estoy en el servicio.
Ah, estoy en el servicio.
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