En silencio me arrastro por el suelo aterciopelado del bosque;
tiempo atrás fui miserable.
¿Dónde estás? ¿Estás aquí? Aunque me dejo la piel,
no consigo alcanzar el mundo que tanto deseabas.
¿Por quién mastico, por quién estudio en la penumbra?
Ya no tengo tres años.
Cargando con toda la responsabilidad,
a la hora de las brujas me encamino al lejano corazón de la montaña*.
Hora de dormir...
No existes, no existes; los narcisos no pertenecen a tu mundo no existente.
Me pregunto si todavía puedo cargar con este parecido
que buscaste en mi rostro.
¿Por quién mastico, por quién estudio en la penumbra?
Ya no tengo tres años.
Qué bonito ese cuento que narras mientras te peinas,
me encantaba escucharlo antes de dormir.
*De acuerdo con la tradición europea, es el momento de la noche en que más fuertes son los poderes sobrenaturales. Se corresponde con la medianoche.
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