Cuando caes, yo me alejo
junto con tus infantiles sueños de dolor.
Y, cuanto más me adentro,
menos apropiado es mi discurso.
¿Alguna vez pronunciaste ese nombre?
Una palabra vana y salvaje.
Sé que en ti arde el ansia
de frío y oscuridad.
Mientras violo tu alma virtuosa,
me convierto en el dios del dolor y la lujuria,
frío y oscuro.
Mientras mato tu alma virtuosa,
te conviertes en esclava de la carne y el pecado.
Cuando caes, yo me alejo
y juego con los niños moribundos...
Y, cuanto más nos adentramos,
más te conviertes en actriz de este espectáculo pecaminoso.
Caíste
y te violé el corazón,
lo destrocé y te lo arranqué.
Protege a tus seres queridos
porque lo único que me interesa es el caos.
Sabes que en mí arde el ansia
de frío y oscuridad.
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