12 mar 2015

Amanda Palmer - Bigger on the inside


Tal y como hablan de mí,
cualquiera diría que soy capaz 
de disparar a sus hijos. 
Y no tiene sentido responder
porque eso no los callará.

Y estoy harta de explicarme
y de ver tanto odio
en este mismo Cielo
donde antes sólo veía bondad.

Me he emborrachado y me he saltado la cena,
me he arrancado las pieles de los dedos
y he intentado llamar a mi hermano,
pero él ya no existe.

Sigo olvidando
que él estaría más orgulloso
si me viera ignorar estos insultos
en lugar de amargarme... 

Soy más grande por dentro,
pero para verme tienes que entrar
y, sin hacerlo, lo que odias no es más
que la mala recreación que otros hacen de mí.

Tal y como siguen poniendo a prueba
mi capacidad para soportar el dolor
y no recurrir a la violencia,
cualquiera diría que tengo intención
de aprender la lección. 

Pero, aunque mi piel se ha endurecido,
aún quedan puntos débiles.
Qué humano por mi parte
creer que soy diferente...

... de esos amigos enchufados
a máquinas de hospital
para que les curen el cáncer.
Y no hay mejor lugar para responder
al chico francés que escribió anoche un e-mail
a mi página web...

... que esta sala de espera.
Su padre abusó de él y tiene miedo,
me pregunta:
"¿Cómo sigues luchando?".

Y la verdad es que no sé,
y me resulta gracioso que me lo pregunte a mí,
ya que no me siento nada luchadora últimamente,
soy demasiado infeliz.

Eres más grande por dentro,
pero tu padre no puede verlo.
Tienes que contárselo a alguien, 
sé fuerte
y recuerda que, en algún lugar, 
hay una tonta estrella de rock que te quiere de corazón.

Con esta imagen a mi lado, sobre la cama,
cualquiera diría que iré ganando
en perspectiva.
Es difícil ver a aquellos que amo
tan cerca de la muerte.

Teniendo en cuenta todas sus infecciones y
las cosas que les han prohibido,
así como su voluntad de vivir,
¿por qué no puedo aceptar
que mis problemas son una minucia?

Al despertar, me cogiste la mano.
Había estado llorando en la oscuridad.
Todos morimos solos, 
pero me alegro muchísimo
de tenerte aquí.

Me susurraste:

"Somos mucho más grandes por dentro:
tú, yo, todo el mundo.
Algún día, cuando estés aquí tumbada,
lo entenderás, preciosa.

Somos mucho más grandes
de lo que nadie podrá ver nunca,
pero el sentido de la vida es intentarlo:
no dejes de intentarlo.

Prométemelo".

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