Esta promesa que borra
los colores del sueño y el amor
que me dan forma,
no es sino un presagio del fin.
Arranco trozos de vacío
al campo quemado y sin flores.
Con este poema
ofrezco al fuego fantasmal
mi pálida piel.
De un sueño,
de un sueño a otro sueño,
y a la carretera de cristal.
En el sueño se evaporan hasta las lágrimas.
En un sueño;
hasta mis recuerdos se habrán convertido en un sueño
cuando despierte del sueño.
Mientras bato las alas,
comienzo a bosquejar el paisaje que me rodea.
Sigo la dirección que me marca el corazón,
cuyo latido es una sinfonía de mentiras.
Dibujo este mundo infinito
con un estilo realista.
"Ojalá estuvieras aquí",
murmuro sonriendo.
Minerva*.
De un sueño,
de un sueño a otro sueño,
y a la carretera de cristal.
En el sueño se evaporan hasta las lágrimas.
En un sueño;
hasta mis recuerdos se habrán convertido en un sueño
cuando despierte del sueño.
Todos esos deseos que me he dedicado a esparcir
no son más que el reflejo de mi incompetencia.
¿Qué puedo cantar ahora, en este lugar?
"Ni siquiera tengo derecho a desear".
Ven aquí, demonio, acude a mis palmadas.
Cuando atrape al demonio, intercambiaremos papeles.
*La diosa de la sabiduría y la guerra en la mitología clásica. En Grecia, Atenea.
**He visto por ahí traducciones que tienen poco que ver con la mía. Complicado esto de adaptar del japonés. Espero haber captado su esencia, en cualquier caso.
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