Podría quedarme tras mi barricada,
hacer lo que se me dice
y tener miedo a cambiar;
aislado por lo convencional,
a contracorriente.
Bueno, tal vez si tuviera brazos de tres metros
podría alcanzar la bola de cristal.
Pero todavía siento
que hay algo más valiente.
Y no, y no aguantaré la condena en silencio.
Nunca me quedaré callado,
el arma que elijo es
que prefiero ser peligroso.
No me quedaré indefenso
mientras Dios es el testigo:
prefiero ser peligroso,
peligroso.
No voy a dialogar:
haré constar mis observaciones.
Bueno, podría comprar la fe
como quien adquiere un terreno;
pero nunca he estado perdido
y jamás he tenido dudas.
Pero todavía entiendo
que no es mi imaginación.
Y no, y no aguantaré la condena en silencio.
Nunca me quedaré callado,
el arma que elijo es
que prefiero ser peligroso.
No me quedaré indefenso
mientras Dios es el testigo:
prefiero ser peligroso,
peligroso.
Todos somos alguien,
y alguien eres tú.
Yo soy el dueño de mi historia,
no pediré perdón
y tú tampoco deberías.
Nunca me quedaré callado,
el arma que elijo es
que prefiero ser peligroso.
No me quedaré indefenso
mientras Dios es el testigo:
prefiero ser peligroso,
peligroso.
Todos somos alguien,
y alguien eres tú.
Nunca me quedaré callado,
el arma que elijo es
que prefiero ser peligroso.
No me quedaré indefenso
mientras Dios es el testigo:
prefiero ser peligroso,
peligroso.
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