El deseo es una llama viva;
cuando los sueños parezcan muy lejanos,
abre tu ojo interior
y que la esperanza salve el día:
ella te seguirá,
hará que brille una nueva lluvia.
Prepararemos el camino para que lo sigas
y te acompañaremos hasta el final.
El tiempo no espera,
toma las riendas de tu destino
y nunca las sueltes.
El sol se ha apagado,
no queda nada de luz;
dime que ya no la necesitas,
no hay final amargo.
Aguanta, no tires la toalla,
sigue adelante en tus propios términos,
no hay final amargo.
En silencio, misterioso,
el cielo se torna gris:
ése es el misterio
de los corazones que buscan su hogar.
Lo único que necesitas es llegar,
no hay nada que demostrar.
Pruébalo, no te vayas,
pues todo comienza en ti.
El tiempo no espera,
toma las riendas de tu destino
y nunca las sueltes.
El sol se ha apagado,
no queda nada de luz;
dime que ya no la necesitas,
no hay final amargo.
Aguanta, no tires la toalla,
sigue adelante en tus propios términos,
no hay final amargo.
Hay esperanza para todo el mundo
porque todos los corazones son iguales:
buscan perdonarse a sí mismos,
desean en silencio cambiar.
El sol se ha apagado,
no queda nada de luz;
dime que ya no la necesitas,
no hay final amargo.
Aguanta, no tires la toalla,
sigue adelante en tus propios términos,
no hay final amargo.
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