Descendí de la montaña,
pero no hallé la juventud en la fuente.
Convoqué a los viejos dioses con una canción
y después los maté a todos.
En la tormenta, canté más alto;
en el fracaso, puse más empeño.
Cuando no me gustaba cómo me reflejaba el lago,
el lago se secaba.
Soy humano,
deshonrosa es la humanidad.
Soy humano;
destructor de muchos mundos, no de uno.
Puedo hacer desaparecer otro animal,
a juzgar por su aparente sufrimiento,
pero esta compasión sin límite no es para mí.
El hombre descendió de la montaña,
cegado por el amor que le rodeaba:
un último latido hermoso.
Podríamos salvar este mundo,
pero somos lo que somos.
Deberíamos amar la Tierra,
pero somos lo que somos.
Ella cuida de los que amamos,
pero somos lo que somos.
No lo habías pensado, ¿verdad?
Este lugar que llamamos hogar
no tiene ningún valor.
Cuando no te gustaba cómo el ruiseñor te saludaba,
el pájaro moría...
El barco que dejamos atrás no tiene ancla
y por eso tu único hijo navegará lejos del sol...
Podríamos salvar este mundo,
pero somos lo que somos.
Deberíamos amar la Tierra,
pero somos lo que somos.
Ella cuida de los que amamos,
pero somos lo que somos.
Podríamos salvar este mundo,
pero somos lo que somos.
Deberíamos amar la Tierra,
pero somos lo que somos.
Ella cuida de los que amamos,
pero somos lo que somos.
Pero somos lo que somos...
Pero somos lo que somos...
Pero somos lo que somos...
Pero somos lo que somos...
Pero somos lo que somos...
Pero, ¿qué somos?
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