Te oigo respirar muy lejos de aquí,
pero siento tu piel cercana y real.
Y sé que mi iglesia no es de plata y oro:
su gloria sobrepasa el juicio de las almas
y sus mandamientos son de consolación y calor.
Sabes que nuestro sueño sagrado no fallará,
ese santuario tan tierno y frágil.
El sacramento del amor,
el sacramento del calor es verdadero:
el sacramento eres tú.
Te oigo sollozar muy lejos de aquí,
pero saboreo tus lágrimas como si estuvieras a mi lado.
Y sé que mis débiles rezos no son suficientes para sanar
las antiguas heridas tan profundas y queridas:
la revelación es de odio y miedo.
Sabes que nuestro sueño sagrado no fallará,
ese santuario tan tierno y frágil.
El sacramento del amor,
el sacramento del calor es verdadero:
el sacramento eres tú.
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