Las espinas se enredan en torno al sol,
el arrepentimiento se funde con un suspiro.
Escupo y me río de esos sueños
de los que ya he tenido suficiente;
es cruel cómo los corazones de los hombres
son devorados por la soledad.
Fundiéndose en las capas de blanco,
no deseada,
la verdad hecha añicos significa lo opuesto.
Amo esa sonrisa.
La mañana acongojada ha muerto ya.
Se aleja, es imposible alcanzarlo.
Quiero dormirme en ese candor inocente de las lágrimas.
Qué desconsiderada, inventarte un embarazo.
Las lágrimas que la cuchilla ahoga en la piscina
tienen un sabor ligeramente dulce.
La mañana acongojada ha muerto ya.
Me odiaba por no ser capaz de perdonar las lágrimas,
las mentiras y el amor;
pero ya no puedo volver atrás.
Se aleja, es imposible alcanzarlo.
Quiero dormirme en ese candor inocente de las lágrimas.
Aquellos lamentos que hacían eco más allá del cielo enrojecido
ya no se pueden escuchar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario