En tu obra guionizada
sobre ese escenario al que llamas hogar,
no hay ninguna butaca reservada
para el invitado desconocido.
¿Por qué esas palabras tan duras,
tantos espejos,
tantas canciones que nos dejarán sordos?
Ven conmigo,
la inmensidad de lo desconocido
nos está esperando:
algo tan profundamente escondido
y a la vez abierto ante nuestros ojos.
Atrapa el mundo en tu escritura,
bosqueja una nota o tres,
escucha al agricultor
cantarle al campo.
Es el momento de pasear por las estrellas,
de añorar algunos cambios.
Ven conmigo,
la inmensidad de lo desconocido
nos está esperando:
algo tan profundamente escondido
y a la vez reflejado por escrito.
Ven conmigo,
te llevaré a los anillos,
te llevaré al lugar donde nacieron
los hijos e hijas de la infinidad.
Ven, siéntate un rato a mi lado
en medio de los cielos bailarines
que te dirán lo que te depara el porvenir:
extraños consuelos,
curiosos lienzos,
el asiento delantero en la Historia,
una butaca reservada
para el invitado desconocido.
Ven conmigo,
la inmensidad de lo desconocido
nos está esperando:
algo tan profundamente escondido
y a la vez reflejado por escrito.
Ven conmigo,
te llevaré a los anillos,
te llevaré al lugar donde nacieron
los hijos e hijas de la infinidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario