Con una sonrisa sedienta,
solía decir que me gusta estar solo.
Pero, si examinaba mi corazón,
la soledad me estaba destruyendo;
a menudo estallaba en lágrimas.
La lluvia fría que cae
susurra sobre el mar
de las primeras horas de la tarde.
Le arranco la cerradura a mi corazón,
pero las olas se tragan el sonido de mi voz
y lo arrastran a otro lugar.
Ah, si aquella vez hubiéramos sido honestos
el uno con el otro,
¿nos afectaría este paisaje
de la misma manera?
Si pudiera volver allí,
me gustaría hacerte llegar mi voz, mi voz.
Ah, si estos ojos aún pudieran reflejarte,
¿nos afectaría este paisaje
de la misma manera?
Si pudiera volver allí,
me gustaría hacerte llegar mi voz, mi voz.
Quiero hacértela llegar.
¿La escuchas?
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