Ojalá todo esto hubiera sido sólo un sueño.
Aún sigo soñando contigo,
como si volviera a casa a recuperar algo olvidado:
desempolvo mis recuerdos desgastados.
Lo úlimo que me enseñaste
fue que hay tipos de felicidad que no regresan.
Ese oscuro pasado que me esforcé por ocultar
nunca se habría iluminado si no te hubiera conocido.
Sé que no es posible
que sufra más que en este momento.
Incluso la tristeza de aquellos días,
incluso el dolor de aquellos días,
los amé hasta el último segundo
porque te tenía a mi lado.
En mi corazón, acorralado sin salir,
está el olor amargo del limón.
No puedo volver a casa hasta que amaine la lluvia
y tú sigues siendo mi luz.
En la oscuridad, tracé la forma de tu espalda:
la recuerdo muy bien.
Siempre que me topo con algo que no puedo aceptar,
mis ojos se desbordan de lágrimas.
¿Qué estabas haciendo?
¿Qué estabas contemplando?
Con una expresión extraña, miraste hacia un lado.
Si te encuentras, como yo,
atrapado por la soledad, el sufrimiento y el llanto,
olvídate de mí:
es lo que deseo con todo mi corazón.
Tú sigues siendo mi luz.
Desde entonces,
cuando pienso en ti
y en lo mucho que te quise,
no soy capaz de respirar.
Pese a que estabas a mi lado,
casi me parece mentira.
Nunca podría olvidar,
es lo único que sé con certeza.
Incluso la tristeza de aquellos días,
incluso el dolor de aquellos días,
los amé hasta el último segundo
porque te tenía a mi lado.
En mi corazón, acorralado sin salir,
está el olor amargo del limón.
No puedo volver a casa hasta que amaine la lluvia,
como la mitad de una fruta partida.
Y tú sigues siendo mi luz.
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