Cariño, vuelvo a casa.
Enciende el fuego
y tómame en tus brazos,
tómame en tus brazos.
No tengo nada
más que mi carne y mis huesos,
y una maleta llena de estrellas,
una maleta llena de estrellas.
He buscado por todas las constelaciones,
he recorrido galaxias sin estación de llegada,
fiel a mi misión autoimpuesta
de olvidarme de nosotros.
Y no, ya no necesito otra reencarnación,
he perdido la cordura buscando explicaciones,
fiel a mi misión autoimpuesta:
nunca me sentí suficiente.
Me olvidaré de nosotros.
Me olvidaré de nosotros.
Me olvidaré de nosotros.
Todo ha cambiado,
pero todo sigue igual.
He ganado y he perdido,
he ganado y he perdido.
He buscado por todas las constelaciones,
he recorrido galaxias sin estación de llegada,
fiel a mi misión autoimpuesta:
nunca me sentí suficiente.
Me olvidaré de nosotros.
Me olvidaré de nosotros.
Me olvidaré de nosotros.
Y no, ya no necesito otra reencarnación,
he perdido la cordura buscando explicaciones,
fiel a mi misión autoimpuesta:
nunca me sentí suficiente;
no, nunca fui suficiente.
Y no, ya no necesito otra reencarnación,
he perdido la cordura buscando explicaciones,
fiel a mi misión autoimpuesta:
me olvidé de nosotros.
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