Puedes hacer que mil voces griten tu nombre,
puedes conseguir que el mundo te ciegue con su luz
y te bañe en esplendor;
pero no veo bien qué es lo que tienes en las manos,
pues los castillos se desmoronan y los reinos caen
y se quedan reducidos a arena.
Puedes ser un ángel de misericordia
o rendirte al odio;
puedes tratar de comprarlo
como hiciste con todos tus otros errores.
¿Cómo justificas que esté perplejo
ante las sendas que toma tu corazón?
En medio de un millón de mentiras,
la verdad se alzará para destrozarte.
Nadie sale vivo, cada día es matar o morir.
Lo único que dejas atrás
es cómo amaste, cómo amaste.
No son tus creencias; las oraciones te harán sangrar.
Pero, ya que estás de rodillas...
¿cómo amaste, cómo amaste?
Nada es igual cuando te conviertes en lo que soñabas,
y nunca entenderás nada de la misma manera
cuando veas lo que yo veo.
La forma en que nos olvidamos a nosotros mismos
y dirigimos el camino de la cuna a la tumba,
no se puede copiar ni duplicar:
tienes que hallar la tuya propia.
Nadie sale vivo, cada día es matar o morir.
Lo único que dejas atrás
es cómo amaste, cómo amaste.
No son tus creencias; las oraciones te harán sangrar.
Pero, ya que estás de rodillas...
¿cómo amaste, cómo amaste?
Ésta no es una cruz que debas cargar.
Somos el juez y el jurado, el juez y el jurado.
Nadie sale vivo, cada día es matar o morir.
Lo único que dejas atrás
es cómo amaste, cómo amaste.
No son tus creencias; las oraciones te harán sangrar.
Pero, ya que estás de rodillas...
¿cómo amaste, cómo amaste?
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