¿Soy lo suficientemente valiente?
¿Soy lo suficientemente fuerte
para darlo todo por el deseo
que arde en mi interior,
para apartar mi miedo,
para plantarme en donde temo estar?
¿He terminado ya con esto?
Pues soy mucho más,
eso me prometo a mí misma,
a nadie más.
Mi llama se eleva más alta.
Yo soy el fuego,
ardo con más intensidad,
rugiendo como una tormenta.
Y yo soy la persona que estaba esperando,
grito como una sirena,
viva y ardiendo con más intensidad:
yo soy el fuego.
He sido sacrificada,
mi corazón cauterizado.
Me he aferrado a la esperanza,
encadenada por el fantasma
de aquello en lo que una vez creí
que nunca podría ser.
¿Qué tengo delante de mis narices?
Yo soy el fuego,
ardo con más intensidad,
rugiendo como una tormenta.
Y yo soy la persona que estaba esperando,
grito como una sirena,
viva y ardiendo con más intensidad:
yo soy el fuego.
No creo que me vaya a dar de bruces.
No dejaré que el pasado decida mi futuro,
no dejaré que olvide el perdón en mi despertar
ni que se lleve el amor que he abrazado.
Me prometo a mí misma y a nadie más
que soy mucho más,
que yo soy el fuego...
Yo soy el fuego,
ardo con más intensidad,
rugiendo como una tormenta.
Y yo soy la persona que estaba esperando,
grito como una sirena,
viva y ardiendo con más intensidad:
yo soy el fuego.
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