Estoy nervioso, muy nervioso.
Como en exceso, no tengo ninguna meta
y esto tan sólo es la punta del iceberg.
Y no he caído aún en el olvido porque el sexo vende,
pero ¿cuánto falta para que me cancelen?
Esto son los treinta, los putos treinta.
Sigo aquí, sigo lleno de mierda.
Lo he logrado, soy una flor:
no duermo, no me ducho (qué asco),
me masturbo cada media hora (eso es repugnante)
y mi grupo suena enfermo porque mi cabeza está enferma (vale).
Me emborracho y no las pienso.
Rebusca en mi Twitter, apoya mis mierdas.
Esto son los treinta, algo va mal dentro de mí.
Brindad conmigo por pasar de moda,
por los acrónimos, las sex cams y las distracciones sociales;
porque todo cambia y no tengo ni puta idea de nada.
Soy más viejo, me salen arrugas,
sigo quejándome y teniendo granos,
echo de menos cuando todo era simple.
El sexo ha acabado demasiado deprisa
y te pregunto: "¿Cuánto duraba tu ex?".
No valgo una mierda, soy infeliz.
Esto son los treinta, ¡sí!
Levantad el culo y apropiaos de las masas:
socialistas, fascistas, el mundo entero es de plástico.
Porque todos fingen, pero nadie tiene
ni puta idea de nada.
Me tratas como a un mocoso,
me perdonas los errores.
Me amas cuando me vuelvo loco.
Estoy bien, pero odio esa canción.
(Atención, mundo, algo va mal dentro de mí).
Me tratas como a un mocoso
(pero, si cantas, fingiré que tengo veintitrés),
me perdonas los errores
(apagaré las luces para que el público esté contento).
Me amas cuando me vuelvo loco,
sabes que sólo quiero una vida mejor.
No me trates como a un mocoso
(pero, si cantas, fingiré que tengo veintitrés),
y encárame cuando lo haga mal
(apagaré las luces para que el público esté contento).
Pégame cuando me vuelva loco.
Estoy bien, pero odio esa canción.
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