Silenciando tu propia voz,
aceptas cosas irrazonables:
¿quién eres en realidad?
Tu camino lo ha abierto otro,
tus reglas te las han marcado:
no hay dos hombres iguales.
Tal vez haya un pasado
que quieras reescribir
para no tener que lamentarte.
A menos que pienses seguir viviendo
renunciando a todo lo que deseas,
¡rebélate!
Aúlla hasta encender tus emociones,
apaga el límite de velocidad.
Olvídalo todo y cruza este mundo absurdo,
deja un rastro de veneno invasivo.
El mundo de placer de otros,
palabras que matan:
la estructura de un dominio cibernético.
La respuesta dada por otros
es una mala respuesta:
el destino de la coherencia.
Tal vez haya noches
en que te aguantes las lágrimas
y noches en que llores en soledad.
No puedes resetear este juego
dándole a un botón, por eso:
¡rebélate!
Aúlla hasta encender tus emociones,
apaga el límite de velocidad.
Olvídalo todo y cruza este mundo absurdo,
deja un rastro de veneno invasivo.
Tal vez no seamos tan fuertes
como se espera de nosotros,
¡rebélate!
Grita: "¡Aquí estoy!".
Canta tu tristeza.
Aúlla hasta encender tus emociones,
apaga el límite de velocidad.
Olvídalo todo y cruza este mundo absurdo,
deja un rastro de veneno invasivo.
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