Llegan por la noche,
se acurrucan suavemente a tu lado
y, mientras duermes,
tejen tus sueños:
aquellos de los que no hablamos.
Encuentran las almas
de jóvenes y viejos
y los miedos que te consumen
te los sirven fríos:
aquellos de los que no hablamos.
Te llevan por los pasajes de tu infancia,
cascadas atemporales de corazones transparentes
y más:
te apuñalan el corazón.
Corres, corres hasta sangrar.
Tratas de esconderte, pero te pisan los talones
y siguen tras de ti
hasta que ardes:
aquellos de los que no hablamos.
Y al final,
mientras el amanecer se derrama,
te permiten atravesar
el umbral de la mañana.
Pero oh, cuando llegue la noche
encontrarán tus sueños:
aquellos de los que no hablamos.
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